Sammart se sentó en una roca, observó al aprendiz sentado en el suelo delante de él. Así fue como tuvo lugar el ritual. Se había ido para siempre. El que ve poco, es el que ve más. Así ascendería el aprendiz.
"Estoy satisfecho." Sammart coloco sus manos alrededor de un pequeño grabado en la roca frente a el, un grabado de un amuleto con un rubí color rojo sangre en el centro. "El juicio de Abirt también está satisfecho. Levántate y asume tu posición."
Suprimiendo su deleite natural por haber pasado su prueba final, Potas se puso de pie ante el Gran Bibliotecario.
"Potas del Cuarto Cietu, usted ha sido entrenado y conoce la historia de nuestra gente, los cuentos de los Antiguos, y las lecciones de nuestra tribu, las lecciones que nuestros padres aprendieron de sus padres, y que nuestras nietas aprenderán de nuestras hijas. Ahora eres un Bibliotecario Novato. Da un paso adelante y presenta tu Baj."
Potas se acercó a Sammart, el Alto Guardián de las Leyendas, se quitó la camisa, y se giro para darle al hombre mayor acceso fácil a su pecho superior izquierdo. Sammart sumergió una aguja afilada en un vial de tinta negra (un vial de vidrio, claramente de Antes, y por lo tanto un artefacto irremplazable) a comenzó a crear un tatuaje rectangular debajo de la clavícula del otro hombre. Metió la tinta en la piel de Potas rápida pero suavemente, un movimiento que practico de las docenas de veces que había llevado a cabo la acción. Una tercera flecha agregada al Sello Sagrado en la esquina superior izquierda, completando el símbolo. Una tercera línea agregada en el centro. El tatuaje ahora dice:
ESPY FONSHUN
NOMBRE DE POTAS
LAVAL ||| RASHAR
Se dejó espacio para dos líneas más, en caso de que Potas sea tan bendecido. El propio tatuaje de Sammart tiene esas líneas, aunque por su avanzada edad las arrugas dificultan verlas. Habrían pocos más de esos rituales para Sammart. Quizás ninguno más.
"Por tradición", dijo finalmente Sammart, "tienes permitido hacerme tres preguntas. ¿Te gustaría hacerlo?"
"Por su—Quiero decir, si, Vidente," dijo Potas. Él había pensado en dos preguntas mucho antes. "¿Crees que algún día seré tan sabio y viejo como tú?"
Sammart frunció el ceño. "Tus halagos no te harán ganar nada, muchacho," dijo. "Aunque nosotros en Cown Sil estamos impresionados por tu aprendizaje, todavía eres un niño a nuestros ojos. ¿entiendes?"
Potas estaba avergonzado por la reprimenda. "Si, Vidente."
"Dejando de lado la auto-humillación," continuó Sammart, "si, Veo algo de mi mismo en tí. Incluso, puedes vivir para parecerte mucho a mi. Quizás seas más tolerante con los niños que se comportan de esa manera contigo. Eso será al final de tu camino, mucho después de que haya llegado el final del mio."
"Gracias, señor," respondió Potas. "¿Hay mucha leyendas aún por aprender?"
"¿Es tu segunda pregunta? Ah, muy bien. Si, por supuesto, hay muchas leyendas que se han perdido por completo, y muchas que se pierden pero se pudieron encontrar más adelante en el tiempo, y algunas que existen que nunca sucedieron. No pongas esa mirada de angustia, muchacho; debemos mantener las leyendas que nos cuentan tan bien como podemos, pero no podemos hablar por la exactitud de algunos de nuestros antepasados. Aquí entre nosotros, y creo que puedo decirte esto ya que nadie te creería si lo compartieras, no estoy completamente convencido de la divinidad de los Dioses Antiguos."
Potas se sorprendió, y no pudo ocultar su reacción. "¿Pe…pero por que?"
El mismo Sammart había luchado con esa pregunta durante mucho tiempo. "Creo que no puedo creer en dioses lo suficientemente tontos como para actuar como lo hicieron los Antiguos. Siempre se darán justificaciones; La destrucción de las ciudades por parte de Geyer cuando le disgusto, La venganza de Drakgin en la forma de su 'mascota' Sikayt. Pero cuando llegas a mi edad, te das cuenta exactamente de cómo son las historias. Solo eso. Historias de hombres y mujeres que hicieron lo mejor de sus fracasos. He contado suficientes historias como para reconocer las falsas cuando las escucho."
Potas se quedo sin palabras. "¿Entonces no crees en nada?"
"No dije eso. Solo que creo en algunas cosas. Ahora, ¿cual es tu última pregunta?"
Potas no pudo pensar en una tercera pregunta, pero de repente, sólo podía pensar en una que encajara. "¿Podrías cont…podrías contarme sobre una de las otras historias?"
Sammart parpadeo. "¿Otras historias? ¿Que otras historias?"
"Hemos contado tantas historias, sobre el robo de York y la valentía de Starel. Pero seguramente hay algunas historias contadas con menos frecuencia, algunas que apenas de cuentan. Me…Me gustaria escuchar una. De ti."
Sammart lo considero. No había contado un Cuento en muchos inviernos; esto normalmente se lo dejaba a los Videntes más jóvenes. Pero la tradición dicta que el niño tenía todo derecho de preguntar, y que debía tratar de satisfacer su curiosidad. Y extrañaba Contar.
"Muy bien, puedo contarte una historia. ¿Alguna en particular? Está la historia de la locura de Drakgin en la que creía que las babosas con alas lo ayudarían a luchar contra el demonio Popstmagee. Está la historia de Espy-Quien-No-Fue; Fifteve, y los fantasmas del caos de este mundo. Está la historia de la muerte de Kalef con la destrucción de Toda-la-Luz por encima de nosotros."
"¿Hay…hay alguna que no hable sobre los Grandes? Seguramente hubo Dioses menores que también tuvieron su época."
Sammart pensó profundamente. "Hay una historia, aunque es un poco extraña. La Parábola del Príncipe Rebelde. ¿Te gustaría escuchar una parte?"
"¿Que le paso?" Potas preguntó. Ahora actuaba como un niño pidiéndole a su padre un cuento antes de dormir.
"Cuenta sobre otra tierra, en los Bosques de Alexia, y un príncipe de ese mundo que eligió abandonar sus riquezas en búsqueda de un sueño diferente. El príncipe podía haber vivido una vida de lujos, pero el príncipe sintió que los caminos de su gente estaban equivocados y buscó cambiarlos. Lo que el príncipe no había esperado es que su misión por hacer un mundo diferente, su guerra lo cambiaría tanto a él como a su nación. Al comienzo de la historia, era un hombre oscuro, perseguido por la muerte, recurrió a brujerías para completar su misión."
"Suena como un cuento de hadas," dijo Potas.
"Eso no es todo", respondió Sammart. "La historia también es sobre su compañero Guardián, un cobarde llamado Daf'eed, que se ve obligado a encontrar su fuerza. El Guardián era débil, y las magias de los Bosques casi lo abrumaron, Pero el se recuperó, y con la ayuda de…otros, encontró su coraje."
Potas descansó su cabeza en sus manos, sentado con las piernas cruzadas en el suelo, mientras el Vidente contaba la Parábola.