¿Sushi que Da La Vuelta o Sushi que Da Vueltas?

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En el oscuro interior de un restaurante, el reloj de pared de madera seguía marcando las 21:00. Normalmente era el momento del día en el que la luz llena la tienda, las familias ríen y una ligera música pop llena el ambiente. Ahora, en cambio, sólo se oía el sonido de la lluvia golpeando las paredes y de las tormentas sacudiendo las puertas. Sin sushi, rodeado de carriles que no giran por el corte de luz, Saigyō esperaba el amanecer a solas.
Se había contactado con la sede principal cuatro horas antes, justo cuando los preparativos para la apertura llegaban a su fin. El viento estaba fuerte y empezaba a llover a cántaros.

"El tifón parece ser bastante fuerte, así que por favor cierre la tienda. Y que todos los empleados se vayan a casa de inmediato."

Saigyō se quedó sin palabras ante las instrucciones transmitidas con indiferencia.
—¿cerrar? Ocurrió de repente, aunque se diga con tanta facilidad.
Las preparaciones ya estaban casi terminadas. Si el restaurante cerraba, tendría que desechar todos los ingredientes, porque el pescado empezaría a pudrirse. Si eso ocurría, iba a tener una gran pérdida. Le dijeron que las regalías para la sede principal se reducirían un día este mes, pero eso no cubría la pérdida. Ya sabía que el tifón iba a llegar el día anterior. Incluso había hablado con la sede por la mañana para confirmar si podría abrir o no. Y ahora ocurre este repentino cambio de planes.
Las palabras "dejen de tratarme como un idiota" le subieron a la garganta, pero no pudo gritarlas con rabia. Sólo es el gerente de una cadena de sushi de cinta transportadora. Y es la cadena es una franquicia. No tenía ni idea de lo que pasaría si se rebelaba contra la sede principal. Su voz, exprimida como un pequeño tubo de wasabi, no era más que una débil súplica.

"¿Dejarían que me tome una licencia? Los empleados también podrán salir del trabajo si así lo desean…"
"No es posible. Es parte de tu contrato."

Parte del contrato― Saigyō ya no podía decir nada al respecto. No sabía mucho sobre contratos, pero en la formación de directivos le habían enseñado que era algo con lo que había que tener más cuidado que cuando manipulas veneno de pez globo.
Descolgó el teléfono sin ganas. Le dijo a los empleados que el restaurante sería cerrado, los mandó a casa primero y empezó a limpiar el desastre él solo. Siempre es un trabajo de varias personas. No es tan fácil de terminar. Mientras tanto, el viento y la lluvia arreciaban cada vez con más fuerza y Saigyō finalmente no pudo salir de la tienda.
La pérdida y la alteración de sus planes a futuro fomentan la ansiedad en la mente de Saigyō. Un tifón significa que el negocio puede seguir cerrado mañana. Aún así, todavía hay que seguir pagando el alquiler y, si se estropean los equipos, hay que repararlos. El dinero no hace más que salir y no aumenta en absoluto. No tenía cara que mostrarle a su difunto padre―

"¿Podrías preparar sushi?"

Saigyō se levanta de un salto al oír de repente una voz. Se da cuenta de que hay un hombre sentado solo en el mostrador, con una capucha negra sobre los ojos.

"Ja… Oh no, cliente, lo siento, pero hoy cerramos la tienda. No sé cómo has llegado aquí, pero será mejor que te vayas a casa antes de que el clima empeore."

No hubo respuesta a la voz de Saigyō. Al cabo de un rato, el hombre vuelve a decir "¿Podrías preparar sushi?"
Saigyō se alarmó. Estaba claro que no era un cliente normal. Sería peligroso provocarle. Además, al mirar al hombre, sintió una fuerte presión en el estómago. Saigyō se secó el sudor grasiento de la frente con una toallita húmeda y se puso un par de guantes de plástico.

"… Será un placer. Por favor, espere un momento."

Trajo el atún, el arroz sumeshi y los condimentos de la cocina y empezó a preparar el sushi. El atún iba a ser desechado de todos modos. No había necesidad de escatimar.
Sujetó la neta con la mano izquierda y aplicó wasabi. Puso el arroz en la neta y lo sujetó mientras le dio forma. Saigyō sintió como si el hombre estuviera observando todos sus movimientos desde detrás de su capucha, pero se tranquilizó pensando que no pasaba nada. El nigiri de Saigyō era el de una receta del manual. El restaurante en el que trabajaba era parte de una cadena de sushi de categoría media. Ni los ingredientes ni el arroz son artículos baratos congelados o precocinados. Sin embargo, para mantener bajos los costes laborales, normalmente recurren a trabajadores a tiempo parcial. Por ello, se elaboró un manual detallado, que explica desde cómo cortar los ingredientes hasta la creación del nigiri, para que incluso los aficionados puedan preparar un sushi delicioso. Si seguían este manual, podrían hacer sushi siempre sabroso, e incluso si el sushi no estaba sabroso, Saigyō no era responsable.
A pesar de la tensión constante provocada por la mirada del hombre, Saigyō sigió las instrucciones a la perfección, midiendo cuanto y cuando debía usar cada ingrediente. Finalmente, el sushi estaba terminado y Saigyō respiró aliviado.
En ese momento, los ojos de Saigyō captaron el destello de algo que pasó cerca de su mano y el sushi desapareció del plato.
Poco después, oyó un sonido parecido a un resorte estirándose. Saigyō se volteó y vio unos palillos de plástico clavados contra la pared. La carne de atún que había usado junto con el arroz estaba crucificada.

"C-creo que se me resbaló la mano y se me cayó uno de los palillos. Usaré uno nuevo, si le parece bien."

El hombre se quitó la capucha y habló en voz baja y tranquila.

"No vine hasta aquí por sushi corriente."

A Saigyō le pareció que los ojos del hombre, tan afilados como un fino cuchillo japonés, estaban a punto de atravesarle. La voz tranquila contrastaba con su fría mirada, y a Saigyō los escalofríos le subían por la espalda. El hombre dio un pequeño suspiro al ver que Saigyō era incapaz de hablar.

"Sigues sin entenderlo, ¿verdad? Estoy aquí por tu sushi. Conozco tus habilidades. Sé de tus poderes especiales. No trates de engañarme."
"¿Cómo sabes eso…?"

Saigyō entrenó una vez en un restaurante de sushi de alta gama, pero nunca habló de ello con nadie más que con sus padres y su hermano. Esto se debe a que las habilidades con el nigiri son inútiles para dirigir una cadena de restaurantes. Si el sabor del sushi que preparas es diferente al de los demás, significa que la calidad es inestable. Saigyō era muy consciente de que esto sólo provocaría la insatisfacción de los clientes.

"No te deberías preocupar por eso. Quiero ver tu sushi. Por supuesto, no digo que sea gratis――"

El hombre susurró algo y un nigiri de atún escabechado apareció de la nada en la palma de su mano. El nigiri gira lentamente en la mano del hombre. "Normalmente no suelo girar sushi de este tipo."
Saigyō jadeó. Era una sorpresa que el hombre hubiera sacado de repente un trozo de sushi, pero sobre todo, nunca antes había visto que el sushi se comportara así.

"Eso es…"
"Sushiblade. Un nuevo poder que puedo darte."

El atún escabechado aumentó gradualmente su velocidad en la mano del hombre y, finalmente, resbaló de su mano y cayó en la cinta transportadora. El atún escabechado avanzó sobre el carril detenido. En la oscuridad, la superficie del sushi brillaba. El sushi recorrió el carril y se detuvo frente a Saigyō, quien estaba deslumbrado por la hermosa rotación.

"¿Qué demonios está pasando…?"
"Hermoso, ¿verdad? Únete a nosotros y te enseñaremos a hacer sushi de verdad."
"¿Nosotros…?"
"Ah, perdona, no me he presentado. Vengo en parte del Sushi Oscuro, soy el Maestro Yami Kashizukeカシヅケ. Saigyō, con tu técnica de resurección y el poder de nuestro sushi oscuro, podemos hacer cualquier cosa. Como muestra de mi afecto, te regalo ese atún escabechado―"

El hombre levanta solo la comisura derecha de la boca, sonriendo sombríamente.

"No es una mala propuesta. Ven, mira el sushi más de cerca. Siente como el aderezo rocía una noble fragancia en toda la neta. La forma en la que el arroz shari―"

Saigyō se queda mirando el atún escabechado. Su intuición le decía que ese sushi era peligroso. Pero el simple hecho de mirar la hermosa superficie giratoria borraba la ansiedad de su mente, y era tan reconfortante que no era capaz de apartar la mirada.

"Por supuesto, el dinero no es un problema. Tu padre querría que tuvieras todo lo que necesitas, ¿no? Has trabajado duro. Es hora de que tu duro trabajo se vea recompensado."

La tranquila voz de Kashizuke se filtra en el cerebro de Saigyō. Empieza a pensar que el Sushi Oscuro lo salvará de la responsabilidad y la pobreza que ha arrastrado todo este tiempo. Las nudosas manos artesanas de Saigyō se extienden lentamente hacia el atún escabechado.

"Piénsalo, será genial. El poder del arroz shari es perfecto. Hay una fuerza en este atún escabechado que ni siquiera estos malditos relámpagos podrán igualar… ¡Puedes tenerlo, puedes tenerlo todo!"
 
Los ojos de Saigyō ya no reflejaban nada más que el atún escabechado. La voz de Kashizuke resonó en su cabeza como un susurro en un sueño. Las yemas de sus dedos se acercaban cada vez más al atún escabechado tocándolo.
De repente, algo fluye en su cabeza. Al mismo tiempo, desaparecen su ansiedad y sus miedos. Sushi, sushi… es todo en lo que puede pensar. Saigyō quería destruirlos a todos: a los odiosos empleados a tiempo completo de la sede principal, a los clientes cretinos. El sushi es todo lo que necesitaba para hacerlo.

"Sí, eso es. ¡Aférrate a él!"

Como había dicho Kashizuke, Saigyō agarró el atún escabechado con todas sus fuerzas.
-En ese momento, un grito agudo resonó en el cerebro de Saigyō.
El sushi estaba llorando. A pesar de que su conciencia estaba siendo consumida por el sushi, Saigyō ciertamente lo oyó.

"Este no es el momento para estar pensando en estupideces…"

Los pensamientos de Saigyō se desbordaron poco a poco desde la confusa grieta que el grito había abierto en su consciencia. Saigyō dejó el sushi y se golpea fuertemente en la mejilla con ambas manos. La expresión de Kashizuke, que antes había estado sonriendo, se congela.

"Mi estimado cliente, ¿puedo hacerle una pregunta?"
"Dime…"
"¿Qué tal sabe este atún escabechado?"

Kashizuke se estremeció. Y Saigyō se dio cuenta.

"Cliente, antes has hablado mucho del atractivo de este sushi. La forma, el color… Pero, ya sabes…"

Saigyō cogió el sushi y se lo llevó a la boca, engulléndolo en un bocado. Los mismos pensamientos oscuros, húmedos y malignos de antes surgieron como un torrente fangoso en su cerebro, pero la firme voluntad de Saigyō de comer se lo impidió. Saigyō masticó lentamente el atún escabechado que tenía en la boca y se lo tragó.

"… Nunca dijiste nada sobre el sabor, a pesar de que es delicioso…"

Kashizuke se levanta de su asiento y da un paso atrás.

"¿Qué quieres decir?"
"Cliente, tu sushi estaba llorando. Al fin y al cabo, nunca iba a poder ser comido. No puedo creer que me hayan querido usar para esta mierda…"
"¿Que el sushi estaba llorando? Tonterías. Únase a nosotros y no tendrá que preocuparse por el dinero. ¡Podrás hacer lo que quieras!"
"Si hay algo que quiera hacer, ya lo he hecho. Que me haya convertido en chef de un restaurante de sushi de cinta transportadora no fue por compromisos ni contratiempos. Hay cosas que el sushi que gira no puede hacer, que solo el sushi de cinta transportadora puede hacer."
"Eso es mentira. ¡Después de todo, el sushi de cinta transportadora es un sushi de bajo nivel para idiotas que no pueden comer sushi de alto nivel!"

Saigyō sacó el par de palillos que estaban clavados en la pared y se llevó el nigiri que estaba en ellos a la boca. Luego volteó hacia Kashizuke y sonrió.

"Esta sonrisa es la sonrisa de la familia. Son las sonrisas de los niños, de los clientes. El sushi no es sólo para los elegidos, es algo que todo el mundo puede disfrutar y con lo que puede ser feliz. El sushi caro de Ginza no basta para que todo el mundo lo coma."

Saigyō se acerca a Kashizuke a paso firme, quien ya no se mueve tan rápido como antes. Miró a Saigyō, pero su mirada ya no era penetrante, era una oxidada y sin filo.

"Vamos, cliente, estamos cerrando la tienda por hoy. No puedo quedarme a charlar. ¡Te ruego que te vayas!"

Kashizuke se ve presionado por Saigyō y retrocede poco a poco hacia la salida. Afuera había tormenta, y Kashizuke, que había llegado tan lejos, podría salir de manera segura de aquí. Mientras Saigyō esperaba interiormente a que Kashizuke se retirara en silencio, este se detuvo en la puerta frente a la salida.

"No puedo retirarme así… ¡Si no te nos unes, acabaré contigo aquí!"

Kashizuke se quitó su capa negra, revelando su vestimenta de cocinero con varias manchas rojinegras. Saigyō entornó los ojos ante la funesta visión.

"Señor. Sé que usted también es cocinero, pero la sangre no está permitida en la cocina."
"Tonterías, tonterías, ¿¡Entonces que pasa con el Estafilococo Áureo!? Este sushi no es comida, ¡es poder! A no ser que quieras tener una intoxicación alimentaria. Puede darte una paliza, incluso si lo golpeas, incluso si te lo comes. ¡Usaré este poder para acabar contigo!"

La oscura tienda se oscureció aún más, y las sombras se reunieron en torno a Kashizuke como si se enroscaran a su alrededor. Kashizuke tenía una sonrisa torcida en el rostro, levantó las manos al cielo y gritó.

"¡Oscuridad que se junta en la cocina, responde a mi llamado! ¡Campo de Sushi Interdimensional, despliégate!"

Como si respondieran a su voz, los carriles de la cinta transportadora se tambalean, los pilares se retuercen y el espacio interior de la tienda se distorsiona hasta convertirse en un remolino. El techo había desaparecido, pero la lluvia no. Un cielo muerto, negro y sin estrellas, se extendía para tragárselo todo. El suelo sobre el que se encontraban Saigyō y Kashizuke se elevó, formando entre ambos un estadio circular de unos 30 metros de diámetro.

"Había empezado a sudar frío cuando devoraste el Atún escavechadoSeishin sumeshi-dzuke-yō keitai heiki, pero supongo que había perdido frescura. Te destrozaré con el verdadero poder del Sushi Oscuro, que no depende ni del arroz o el marisco…"

Kashizuke sacó un plato de la nada. Encima había una masa marrón con un olor delicioso.

"¿¡Una hamburguesa!?"
"¡Tu cerebro es tan duro como el arroz shari hecho por un aficionado! Por favor, no me pongas en la misma categoría que esos chefs amateurs. ¿No puedes oler el suave aroma?"
"Este aroma a vino elegante, no es posible…"
"Así es. ¡Vinagre balsámico! Sí, es italiano… deseché el arroz shari y el marisco, y fuí más allá, más allá de la cocina japonesa, ahí está el verdadero sushi, ¡el verdadero poder!"
"-Creo que has ido demasiado lejos. Es cierto que nuestro restaurante sirve hamburguesas. Pero no lo ponemos en el menú de sushi."
"Silencio. ¡Saigyō, date prisa y haz sushi! ¡Aunque apenas tocaste el atún escabechado, sé que sabrás un sushiblade!"

Ciertamente, Saigyō entendía intuitivamente cómo hacer el sushi. Si ahora le pidieran que sujetara y girara sushi, sería capaz de hacerlo en un santiamén. Pero dio un salto desde donde estaba y aterrizó en el centro del estadio.

"No quiero pelear. Pero si insistes, cliente, seré tu oponente directo."

Kashizuke hizo un mohín durante un rato y luego se rió a carcajadas.

"Ah, sigues siendo un zoquete. ¿Por qué haces cosas tan incomprensibles cuando podrías simplemente hacer sushi?"
"Eso es porque el sushi no es para pelear."
"Entonces, ¡para qué sirve todo esto!"
"¡El sushi es comida!"
"Te he dicho una y otra vez que el sushi es poder. ¡Idiota! ¡Te cerraré la boca ahora mismo!"

Un aura de oscuridad se reunió alrededor de Kashizuke. Respiró hondo y lanzó un grito estremecedor.

"¡3, 2, 1,HEY RASSHAI!"

Una hamburguesa del tamaño de la palma de una mano ataca a Saigyō, con una fuerza abrumadora. Saigyō esquiva la hamburguesa por los pelos y corre alrededor del estadio para evitarla.

"Estimado cliente, ¿no puede oírlo? ¡Esta hamburguesa grita!"
"¡Es imposible que oigas eso! Lo más probable es que sea el sonido del roce con el estadio. Si tienes tiempo que perder en cháchara, ¡empecemos a divertirnos un poco más!"

La oscuridad que emana la mano de Kashizuke rodea la hamburguesa, cambiando su trayectoria. La hamburguesa, saltando y moviéndose en ondas irregulares, rozó finalmente la mejilla de Saigyō.

"El vinagre balsámico es más que una simple guarnición. El uso de vinagre balsámico de 25 años, ricamente dulce, aumenta el contenido de azúcar y la viscosidad de la salsa, ¡lo que le permite alcanzar trayectorias impredecibles!"

Saigyō no tiene tiempo de responder. Sus fuerzas se debilitan poco a poco y sus movimientos se vuelven más lentos. Consigue escapar hasta el borde del estadio, pero la hamburguesa gira delante de él, y cada vez que lo hace, su corazón late más deprisa. La hamburguesa conduce implacablemente a Saigyō hacia el centro del estadio.
Las piernas de Saigyō se detienen. Ya no puede escapar. Está demasiado ocupado defendiéndose del despiadado asalto. La hamburguesa gira y recorre el estadio, saltando justo delante de él. Este la desvía con la mano izquierda, pero las furiosas rotaciones de la hamburguesa y el chorro de vinagre balsámico en forma de bala hacen que se acumulen la fatiga y los daños.

"¡Por favor, deténgase! ¡Si hace esto no habrá marcha atrás!"
"¡Si estuvieras suplicando por tu vida, habrías elegido mejores palabras! ¡Cierra tu boca arrogante, chef de sushi de clase baja!"

La hamburguesa de repente se acelera en respuesta a la voz de Kashizuke. Saigyō ejerce toda la fuerza que le queda para evadir la embestida―

"¡Ugh!"

Pero el vinagre balsámico esparcido por el suelo no lo permitiría. Los pies de Saigyō quedan atrapados en un líquido muy arcilloso con el que tropezó y cayó. Protegió sus puntos vitales con su brazo izquierdo, pero a la hamburguesa no le importó, rebotando en Saigyō y haciéndolo chocar contra un muro del estadio.

"Estúpido bastardo. ¿No estabas listo para hacer sushi? Habría sido mejor si hubieras usado los dos brazos…"

Las paredes del estadio se derrumban. Saigyō está atrapado en una pared derrumbada, con su cabeza visible. La hamburguesa se detiene en el centro del estadio, como si quisiera comprobar si Saigyō está vivo o muerto.
La mano de Saigyō se crispa. La hamburguesa ruge y acelera alrededor del estadio a su máxima velocidad.

"Maldita sea, es un testarudo…"

Kashizuke escupe en el estadio y estira su mano hacia adelante.

"Cliente, yo no estaba corriendo sin rumbo."
"¡No tengo tiempo para escuchar las tonterías de un hombre muerto!"

Una densa oscuridad comienza a acumularse alrededor de las manos de Kashizuke. Saigyo se levanta y se quita su traje de cocinero. Sus ojos aún no han perdido su luz.

"Una vez me atacó un cliente, y desde entonces, he hecho algunas preparaciones para que no vuelva a pasar."
"¡Cállate, cállate que me desesperas!

La oscuridad se libera de la mano de Kashizuke hacia la hamburguesa como un láser extremadamente grueso, acelerando aún más la hamburguesa. Está a punto de derrumbarse, pero el poder de la oscuridad la obliga a permanecer unida. Un sonido agudo resuena por toda la zona y la hamburguesa finalmente alcanza a Saigyō de lleno en la cara.

"Y ahora está todo listo."

Saigyō arroja al estadio una pequeña bolsa escondida entre su propia ropa de cocina. Ya estaba vacía, etiquetada como "pasta especial de wasabi de pez globo tigre". También abrió la mano derecha, que no había utilizado en todo este tiempo. Era arroz shari teñido en Burdeos.

"Tú, eso es del primer atún que te hice…"
“Tuve suerte de tener a este chico en el estadio."

Ya no era sólo arroz shari. Era arroz a la vinagreta, ricamente impregnado de vinagre balsámico. Durante la batalla, Saigyō se convenció de que el dulzor y la acidez del vinagre balsámico podían aplicarse al arroz shari, y que el arroz shari elaborado de esta forma era adecuado para el nigiri definitivo que pondría fin a la batalla.

"¿Y qué? Morirás aquí y ahora. ¡Por el puro poder del sushi! ¡Ahora, muere Saigyō!"

La hamburguesa se acerca a Saigyō. Si le daba de lleno, la herida sería mortal. Saigyō inspira profundamente y alza la voz, con fiereza, pero con el máximo orgullo y ternura.

"Debe haber sido tan duro para ti todo este tiempo. A pesar de que eres comida, ¡te tratan así!"

Saigyō extiende la mano derecha hacia abajo y la izquierda hacia arriba para interceptar la hamburguesa. Ya no hay la menor intención de agacharse o huir. La determinación de decidirlo todo aquí aleja a la oscuridad de Saigyō.

"Pero estarás bien. Todavía puedes ser buena comida. ¡Tienen que comerte!"

La hamburguesa sigue acelerando, pero su trayectoria vacila ligeramente. El sonido agudo que resuena por todo el estadio -los gritos de la hamburguesa- se hacen cada vez más fuertes.

"Es un truco que normalmente no podrías hacer si estás acalorado, pero si tienes voluntad, lo conseguirás. ¡Suelta ese asqueroso poder y golpéame con tu propia fuerza!"

Un grito aún más fuerte sacudió el estadio. La hamburguesa acelera rápidamente. Pero la oscuridad que se aferraba a esta se desvaneció poco a poco. El propio poder de la hamburguesa había superado la oscuridad.
La hamburguesa está ahora delante de Saigyō. La aceleración más allá de sus límites hizo que esta emitiera una luz deslumbrante y volara hacia Saigyō.

"Gracias. Eres realmente la mejor de las comidas. Ahora vamos a demostrarle de qué estás hecha."

Saigyō la atrapa la hamburguesa con sus manos. Es presionado con fuerza contra la pared, pero no aparta la vista de la hamburguesa. La energía cinética de la hamburguesa, que no tiene adónde ir, se convierte en energía de rotación gracias a la hábil técnica de agarre de Saigyō, y su brillo no disminuye, sino que se hace cada vez más fuerte.

"¿¡Qué!? ¡No puedes tomar mi hamburguesa… con tus propias manos!"
"Claro, si esto fuera una pelea, sería imposible. Pero esto no es una batalla. Estamos cocinando. Esto no es un estadio. Es una gran cocina. Al menos para mí y mi hamburguesa."
"Maldito seas, maldito seas. ¡Yo, el Maestro Yami, no debo ser derrotado por un insignificante chef de sushi como tú!"

Kashizuke extiende las manos hacia el cielo. Su cuerpo está envuelto en una profunda oscuridad. Saigyō se envuelve en la luz emitida por la hamburguesa y mira fijamente a Kashizuke.

"¡Recuerda el poder de la oscuridad!"

Kashizuke estira sus manos hacia delante y libera las sombras que nublan su cuerpo. Estas agujerearon el estadio y fueron directamente a tragarse a Saigyō, quién respiró hondo ante la oscuridad que se avecinaba.

"Hamburguesa -no, sushi de hamburguesa. Ahora eres una gran comida. No hay nada de lo que avergonzarse. Ahora, ¡ve y disfruta de ser comida!"

El sushi de hamburguesa sale volando de la mano de Saigyō. Ahora, convertida en una flecha de luz, acelera gradualmente y vuela hacia Kashizuke. Entonces, en el centro del estadio, la luz y la oscuridad chocan.
Un fino destello de brillo era demasiado impotente frente a la masa extremadamente espesa de oscuridad. La oscuridad se tragó al Sushi de Hamburguesa y el estadio perdió su luz.

"¡Kuh, ja, ja, ja!"

La carcajada de Kashizuke resonó en todo el estadio.

"Oh dios, me duele la panza. La hamburguesa… Oh, ¿era sushi de hamburguesa? Bueno, esa cosa es sólo una herramienta. ¡Es una tontería resistirse con tonterías como la voluntad!"
"Parece que usted es el único estúpido aquí, estimado cliente."
"¿Ah? ¿De qué estás hablando…?"

La oscuridad, que seguía avanzando en línea recta, se detuvo de repente ante los ojos de Saigyō. Resonó un sonido similar al de cristales rompiéndose, y una grieta apareció en la oscuridad. De allí brotó una luz aún más intensa que antes.

"El vinagre balsámico se macera en la oscuridad. Ha aguantado años en esta. ¿Sabes que pasa cuando la sumerges en la oscuridad? Pues, es posible que se convierta en una comida aún más deliciosa".

La oscuridad es destrozada desde dentro por la luz, y el ahora renacido sushi de hamburguesa acelera aún más. Nadie, ni siquiera el propio Saigyō, puede detener por más tiempo la determinación del sushi de hamburguesa. Finalmente, esta está delante de Kashizuke. La oscuridad que había cubierto a Kashizuke es barrida y el sushi de hamburguesa salta a su boca.

"¡Para, para, oh-oh-oh! Ogg…"

Kashizuke cae en el estadio con la hamburguesa de sushi en la boca.

"¿Qué le parece el sabor? Espero que le guste mucho."

Saigyō se acerca a Kashizuke. El estadio empieza a distorsionarse gradualmente y el espacio vuelve a la normalidad.

"Ogg, ogg…"

Kashizuke mastica con fuerza su sushi de hamburguesa. Saigyō lo observa con los ojos entrecerrados. Los gritos de la hamburguesa ya no eran audibles. Kashizuke se termina de tragar todo el sushi de hamburguesa y se levanta lentamente.

"Joder, que te jodan. No te dejes llevar por una victoria. La próxima vez me aseguraré de aplastarte hasta la muerte".

La oscuridad se reúne alrededor de Kashizuke, creando una grieta en el espacio detrás de él. Kashizuke intenta saltar y se cae.

'Uy, disculpe cliente. Parece que las hamburguesas no son las única comida que sobra."

Había un charco negro rojizo de vinagre balsámico al pie de Kashizuke. Y no sólo eso. El vinagre balsámico que había sido salpicado por el estadio se reunía hacia él.

"Eh, oye. ¿Qué está pasando? ¡Para, para! Me van a tragar…"

El vinagre balsámico cubre poco a poco todo el cuerpo de Kashizuke. La fuerte viscosidad del vinagre, cuya agua se ha evaporado ligeramente, hace imposible que este se mueva. Kashizuke se hunde poco a poco en el pantano de vinagre balsámico. Saigyō abandonó la escena en silencio. Interrumpir una comida de cualquier manera es una abominación para un cocinero.
La distorsión del espacio vuelve a la normalidad. En un abrir y cerrar de ojos, Saigyō estaba de pie en su restaurante habitual, rodeado de carriles que no giraban. Su ropa de cocinero está muy sucia.

"Supongo que no era un sueño."

Mientras se quitaba la ropa de cocina, las luces del restaurante empezaron a encenderse débilmente. El apagón había terminado.

"Sushi de hamburguesa…"

Murmuró Saigyō mientras desaparecía en la cocina con sus luces parpadeantes. La tormenta seguía arreciando, pero el sol brillará en el restaurante mañana por la mañana. Habrá que esperar un poco más para que se sirva sushi de hamburguesa en cierta cadena de sushi con cinta transportadora.

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