Reloj solar, sin autor ni origen conocido
DESIGNACIÓN DE LA OFICINA: 907-MA
Artista: Desconocido
Fecha: Desconocido
Ubicación: Zona fronteriza entre Perú y Bolivia
Dimensiones: 50 x 50 x 5 cm.
Técnica: Escultura en mármol
Sitio de Exposición: Palacio de Abrantes, Madrid, España
Descripción: La obra consiste en una pieza de mármol amarillo tallado que cumple con las funciones de reloj solar, en su centro hay un orificio donde debe ir colocado el gnomon, o vara indicadora de las horas, la cual está hecha de hierro meteórico y tiene 10 cm. de alto. De su centro convergen 69 líneas o surcos tallados que terminan en pequeños orificios de no más de 1 cm. de profundidad, los cuales a medida que son tocados por la sombra del gnomon señalan las horas del día. Los números de las mismas son indicados por una serie de extraños símbolos, algunos se asemejan a números romanos, mientras que otros a los símbolos numéricos cuneiformes, pero la gran mayoría son signos desconocidos, pero que tienen sentido como parte de un sistema numérico basado en el cinco. Por ejemplo, el numero 30 es el numero 15 repetido dos veces, y el numero 50 es el 25 igualmente repetido.1
La obra presenta cierto grado de decoloración, además de pequeños daños en los bordes y un fragmento desprendido de un centímetro en uno de sus costados. Debido a ser mármol, es imposible calcular la antigüedad de la pieza si no se conocen datos reales sobre la misma o si se carece por completo de un contexto, siendo una obra que no es fácil asociar con ninguna escuela escultórica o incluso con una cultura particular de nuestro mundo.
Excepcionalidad: Esta se expresa cuando la varilla o gnomon esta en su lugar y la obra es expuesta a la luz del sol para que cumpla su rol, sin embargo, la sombra proyectada por el mismo no coincide con la hora diurna real, y tampoco con la hora indicada en otros relojes solares. Las repetidas pruebas han mostrado cierta consistencia en sus resultados, ya que la obra parece indicar siempre un momento del día entre cuatro a seis horas mas tarde que la real, este efecto no ocurre con fuentes de luz artificiales o con la luz de la luna.
Las personas que observan a la obra cumplir su rol de reloj por un periodo mayor a los cinco minutos (en algunos casos por más de diez) sentirán una sensación de desconexión con la hora real durante el resto del día, teniendo la sensación de que es mas tarde o mas temprano de lo que realmente es, si observan el atardecer tendrán la sensación de que ya debería ser noche cerrada, y si ven la puesta del sol en el horizonte, se sorprenderán ya que tienen la impresión de que debería ser ya la medianoche, etc. Este efecto dura entre 1 a 3 días, aunque pueden prolongarse si la observación del reloj se repite o se prolonga mucho más de 10 minutos.
Las personas afectadas también experimentan sueños algo extraños, de los que solo recuerdan la visión de cielos de colores inusuales y soles -a veces también lunas- diferentes a los de nuestro mundo, pueden terminar con la impresión de que nuestro sol y nuestro cielo están “mal”, de algún modo equivocados. Este fenómeno suele prolongarse por unos pocos días hasta finalmente desaparecer.
Conservación: La Obra debe ser guardada en una sala sin ventanas, dentro de una vitrina de vidrio, no debe exponerse nunca a la luz directa del sol, si es necesario su traslado deberá estar cubierta con una tela mientras este en el exterior. Aparte de eso no hay necesidad de otras precauciones.
Juicio Crítico: Es un tanto difícil juzgar esta obra, ya que es un trabajo más utilitario que realmente artístico, mas funcional que bello o estéticamente agradable.
Dicho esto, es una artesanía destacable en piedra, con acabados y detalles muy pulidos, como los números, que fueron tallados con gran delicadeza, de donde sea que provenga, es un trabajo que indica una cultura rica con cierto grado de sofisticación.
Pablo Ruiz de Sabatell
Procedencia:
La obra fue donada a la Academia por Gonzalo (…), un comerciante de antigüedades y de objetos arqueológicos, quien opera principalmente en Sudamérica, y muchos de los objetos que ha obtenido lo han sido en circunstancias de dudosa legalidad. La Academia nunca ha realizado negocios con el señor (…) por estas razones, además de su desinterés y desconfianza respecto a los objetos con cualidades únicas. El siguiente es su testimonio sobre como obtuvo esta obra:
Fue en el norte del Perú, cerca de la frontera con Ecuador, un área poco poblada y recóndita, trabajando en base a ciertos rumores sobre una huaca2 prometedora, fue allí donde me encontré con un grupo bastante peculiar, eran unos diez entre hombres y mujeres y se describían a sí mismos como “exploradores”, su vestimenta era adecuada para el clima pero al mismo tiempo increíblemente anticuada, mas propia del siglo XVIII que del XXI, al igual que sus armas, que eran sin duda nuevas pero con modelos de 1850.
Tuvimos una agradable conversación, ellos estaban interesados en negociar cuando supieron que estaba interesado en objetos antiguos, pero mas que nada les interesaban libros sobre historia, sobre actualidad, etc., como si buscaran aprender sobre el mundo sin haber estado nunca antes en él. Nuestro contacto solo fue por un día y nos despedimos en buenos términos, unos días mas tarde nos volvimos a encontrar, pero las cosas habían cambiado, fueron atacados por lo que ellos describieron como “un enorme felino purpura”… Eso fue lo que me dijeron, no tengo motivos para pensar en que buscaran engañarme, ya que tres de ellos habían muerto y otros tres estaban heridos de gravedad, me pidieron vendas y medicinas, las cuales les di gustoso, y use mis contactos para conseguir más y traje también a un médico. Me dijeron que se retirarían pronto, que debía tener cuidado porque “eso“ aun rondaba por la zona, aunque no buscaba ningún tipo de recompensa ellos insistieron en obsequiarme con varios artefactos que habían conseguido, así obtuve varias piezas interesantes, y también un reloj de sol, de un diseño que nunca antes había visto.
Me dijeron que no servía para “este mundo” y que no lo expusiera a la luz del sol, algo realmente raro, lo acepte de todos modos, aunque no me era realmente útil, y siendo un objeto fuera de lo normal -y desconfió profundamente de las anormalidades- he decidido donarlo a su colección, donde será mucho más apreciado y donde se le mantendrá seguro.
Gonzalo (…)