Recuerdos de lo Profundo
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El polvo quemaba. Entraba por boca y nariz. De los ojos ya no quedaban más que sendos charcos de barro, y las lágrimas que podía llorar mientras se anegaban sus pulmones eran de un tono gris ceniza. Tosía, y de su garganta y oídos emergía un engrudo indistinguible del lodo en el que ya se hundían sus piernas.

No había más que fuego negro a su alrededor, el polvo arremolinándose y formando perfiles flamígeros y sin el más mínimo rastro de luz, pero ardiente contra su piel como cera hirviendo. Cada bocanada de "aire" era un paso hacia el fuego de una hoguera en las entrañas del mundo, y ahora también en sus propias entrañas.

Entonces empezó a sangrar. El polvo entraba en su cuerpo, y reclamaba los mil y un recovecos de sus venas y arterias, llenando músculos y articulaciones, que crujían. Y, a pesar de que ahora el corazón sólo bombeaba brea, a pesar de que en los pulmones no quedaba un suspiro de aire limpio, a pesar de que de sus tripas sólo emergía el mismo barro de tono rojo oscuro que ya rebosaba todo su ser, supo de inmediato que las pequeñas heridas que aparecían por todo su cuerpo indicaban sólo la salida del maldito polvo… y que lo que recorría su piel era, en efecto, sangre.

Que apenas se distinguiese del lodo que ahora cubría su cintura y gran parte de su pecho era un detalle insignificante.

Todo cuanto quedaba vivo en él le chillaba que necesitaba aire.

Y de la sangre, el polvo pasó a su espinazo, y a sus meninges, y a su cerebro, y a su mente, y a su alma. No debería haber podido pensar a partir de aquel momento, pero todavía podía sentir cuando su piel era ceniza, respirar cuando sus pulmones eran escoria, moverse cuando sus músculos eran delgadas vainas de cristal astillado rellenas de terrones secos de polvo.

Podía pensar, y pensó en la ardiente agonía que atravesaba su ser conforme el oscuro polvo se abría paso a su alma y la arrasaba.

Pensó en que necesitaba respirar.

Pensó brevemente en sus colegas, atrapados en lo profundo del pozo. Pensó brevemente en sus familiares, el amor trocado por la gris amargura que se vería en el cemento, el respeto suplantado por la rugosa capa de pizarra que cubriese montañas muertas, cien mil años de incendios ya agotados y azotados por el viento reemplazando a los pequeños placeres cotidianos que proporcionaba la vida en familia. Pensó brevemente, y después, sufrió un poco más conforme su otrora limpio fluido espinal se volvía pasta de arcilla negra.

Y fue entonces cuando su cuerpo dejó de pertenecerle, cuando su mente dejó de ser suya, y cuando "él" dejó de ser "él".

Cuando todo hubo pasado, Reach despertó sabiendo que era una víctima más del pozo al fondo del Área-08. Lo recordó durante unos minutos, y durante esos minutos embistió contra las paredes de su celda, desesperado por librarse de aquella presencia intrusa, de aquella mácula, de aquella fina arena que parecía brea y la Fundación, en su ignorancia, llamaba "una anomalía".

Pasados esos minutos, Reach volvió a su día a día, porque era necesario. Pasados esos minutos, su cerebro olvidó cada estertor, cada momento de angustia, cada instante en el que recordó que había escapado del horror sólo para sumergirse de nuevo… solo, perdido, hundido, una y otra y otra y otra vez, pugnando por escapar del horror sin nombre de una muerte en la que uno sólo existía hasta que la negra sangre del mundo se lo permitiese.

Pasados esos minutos, Reach respiraba de nuevo, porque olvidar resultaba tan fácil…

Y era preferible olvidar, porque bajo los pies de los cientos de investigadores y guardias, miles de almas surgían día a día de la negra superficie de la Herida, todas desesperadas, todas sin esperanza, y todas clamando tres cosas:

Muerte.

Olvido.

Aire.


Circular Interna 08-99301


A: Todo el personal del Área-08.
De: Oficina de Dirección del Área-08.
Sobre: Nuevas directrices referidas a SCP-ES-███.

Las cubiertas 5 a 0 del Área de Contención e Investigación Biológica 08 han recibido la designación especial SCP-ES-███, quedado selladas de forma permanente.

Sólo el personal de clases C o D que esté autorizado de manera permanente tendrá permiso para acceder a la cubierta correspondiente de SCP-ES-███, y sólo dentro de los horarios preestablecidos por la Dirección del Área-08. Ningún miembro tendrá permitido el acceso a más de una cubierta de SCP-ES-███.

De experimentar sueños o alucinaciones que incluyan:

  • lodo o arena,
  • fuego,
  • sombras, negrura o ceguera,
  • dolor,

o una combinación de los anteriores, el personal tendrá a su disposición una visita prioritaria con el Dr. Reach (Archivista Jefe del Área-08) para recibir el tratamiento amnéstico apropiado y la obligación de presentarse en la Enfermería de su Sector para recibir una evaluación psiquiátrica preferente.

- Oficina de Dirección del Área-08.


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