Nostalgia Manufacturada
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one

El edificio al rededor, si bien en un evidente mal estado, estaba en sereno silencio. Una quietud que se encontró bajo asalto por el áspero sonido de Richard Cobb forcejeando con su recién encontrado tubo oxidado. Maldijo cuando su palanca improvisada se deslizó de la puerta oxidada que estaba intentando abrir con un chirriante sonido de metal contra metal. No importa cuanto intentara, simplemente no funcionaba.

"Este lugar me da escalofríos." exclamó Sally Gale tímidamente.

"Ese es el punto, Sally– es una fábrica embrujada,” gruñó Richard y con un último lamento del torturado metal, abrió exitosamente la oxidada puerta verde.

"Sí, ya sé. Pero esto como que, no sé, se siente diferente a los otros lugares que hemos ido.” Las palabras de Sally salieron apresuradas en un soplo de su aliento por intentar alcanzar el apurado paso de Richard.

"Solo relájate, será divertido."

Los dos pasaron por el derruido corredor, uno de ellos entusiasmado, a pesar del ominoso entorno, el otro solo queriendo ser parte de algo desafiante.

Y no estaban solos.


two

"Pensé que se llevarían el equipamiento con ellos. ¿Cuánto ha pasado? ¿Un año ya?” Richard volteó de una patada un barril de azúcar vacío, el pesado sonido del tonel de plástico impactando el polvoriento concreto reverberando a su alrededor.

"¿Crees que se hayan dejado caramelos? Podría comer un poco ahora mismo.”

Richard rió, "Lo dudo, pero incluso si dejaron, estoy seguro de que debe de estar asqueroso ahora.”

"Seh, probablemente, pero este lugar es bastante cool de todos modos, Mamón.” Sally rodeó rápidamente un gran contenedor de metal, las puntas pintadas de sus dedos rozando gentilmente el frío y duro acero.

"Te dije que no me llamaras así.” Richard caminó por la fila de contenedores, “En fin, probablemente aquí es donde guardaban todo el azúcar y lo demás antes de procesarlo.”

"¿Tú crees?” Sally esbozó una sonrisa sarcástica, “Pensé que era el comedor.” Abrió sus manos ampliamente señalando los contenedores a su alrededor, otra broma sarcástica muriendo en la punta de su lengua al darse cuenta que ya no era el centro de atención. “Oye, Mamón, ¿acaso me estás escuchando?”

Richard no estaba prestando atención, estaba concentrado en el grafiti solemnemente garabateado a lo largo de la polvorienta pared oeste.

Cuántas…
Cuántas …
Cuántas …

"Heh, eso es raro, no he visto ningún otro tag cuando estábamos entrando, solo en el exterior,” dijo Sally mientras se acercaba a donde Richard estaba parado.

"Es grande además, necesitarían una maldita escalera para llegar hasta ahí arriba.” Richard se rascó la cabeza, “Bueno, veamos que más podemos encontrar.”

Sally sonrió, y su corazón dio un pequeño salto interno cuando Richard tomó su mano y los dirigió hacia afuera del cuarto.


three

"Esa es una puta tonelada de papel,” dijo Richard mientras pateaba sin resultado alguno a una de las pilas más grandes.

"¿Por qué piensas que dejaron todo?” Sally arrastró los pies ruidosamente a través del papel triturado cubriendo el suelo. “Estoy segura de que podrían haberlo usado en la próxima fábrica.”

"Bueno, conoces la historia; después del incidente, probablemente pensaron que las cosas estaban contaminadas, o algo,” especuló Richard mientras pateaba y saltaba con papel triturado hasta los tobillos. “Parece que los animales lo encontraron.”

Sally levantó una pila de papel triturado, lanzándola al aire. Extendió sus brazos ampliamente y giró mientras el papel caía sobre ella. Mientras miraba a través de la nieve de papel, hizo una pausa, “Ey, mira ahí arriba.”

1…2…3…
1…2…3…
1…2…3…

"Eso tiene la misma fuente, o lo que sea, de antes– ¿pero cómo carajo llegaron hasta ahí arriba? Está como a 10 metros,” Richard pensó en voz alta mientras miraba los crudamente pintados números.

"Hablando de elevarse…" sonrió Sally mientras que golpeteaba juguetonamente el costado de Richard.

"¡Oh mierda, sí, me olvidé por completo!” Richard removió la mochila de cuerdas de su hombro y sacó una pequeña bolsa ziplock, llena de su hierba medicinal, “Brian dijo que es mierda de la buena además.”

Tras varios momentos de manipular, enrollar, y lamer Richard produjo dos porros bien llenos en su mano izquierda. Tomando uno, Sally pateó y sacó el papel de una sección del suelo y se sentó. Sus piernas cruzadas mientras golpeteaba el suelo provocativamente a su lado.

Los dos se sentaron un rato; se reían y daban pitadas en su pequeño círculo fumeta.


four.jpg

Los dos ahora levemente colocados amigos se pararon, arrastraron los pies y soltaban risitas a través de los pasillos hacia la única sección que aún no habían explorado. Pararon ante un gran hoyo en la pared donde antes se encontraba una puerta, mirando sombríamente a la ahora familiar escritura rojo oscuro garabateada encima.

Quién…
Quién …
Quién …

Quizá era la hierba, o tal vez el ominoso entorno que le produjo a Richard una pizca de duda, pero era un hilillo de miedo rápidamente descartado como una paranoia inducida por la mota. “Último cuarto, ¿estás lista?”

Sally respondió entre risitas, “¡El último en llegar paga la cenaaaa!” Su voz se alejó mientras corría a través de la oscura apertura.

"Hey, esper–" las palabras de Richard se atrancaron en su garganta al ser cortado por el inesperado y desesperado grito que salió desde adentro. El repentinamente-sobrio Richard saltó al cuarto solo para inmediatamente frenar su impulso hacia a delante cuando dio su primer buen vistazo adentro.

Pequeños palos blancos sobresalían a través de envoltorios brillosos y papel triturado formando un cuenco masivo. Ahí, en el centro del cuarto, se encontraba una gran y caótica estructura que solo podía ser descrita apropiadamente como un nido de papel. Desde este Sally agitaba sus brazos, intentando frenéticamente atraer la atención a ella misma.

"Pero cómo– Sally, ¿¡estás bien!?” gritó Richard a su atrapada amiga.

"Hay algo aq- Oh Dios, ¡Mamón! ¡Detrás tuyo!” la voz de Sally era rasposa y desesperada mientras miraba horrorizada.

Richard apenas podía registrar la situación mientras que grandes y abultadas garras envolvieron su cuerpo, apretándolo tan fuerte que apenas podía respirar.

"¿Quién eres túuuu?" preguntó una fría y hueca voz, rociando la nuca de Richard con una ráfaga de caliente y húmeda respiración.

Llamar a lo que se dio la vuelta para mirar a Richard como una “cabeza de búho” sería una grave malinterpretación de la criatura. Su cara asimétrica estaba compuesta de jirones de plumas cubiertas en sangre rodeando dos ojos desiguales del tamaño de platos, y coronada por una protuberancia carnosa en forma de flecha. La malformada estructura laminada que Richard asumió era un pico, se abrió levemente y una horripilante lengua amarilla se deslizó de la rezumante apertura.

"¿Cuántas tomará?"

El pánico inmediatamente envió agujas de fuego blanco en su columna y Richard comenzó a luchar bajo el implacable agarre de la criatura. “¿¡Cuántas qué!?”

Su chillido suplicante solo provocó una risita de la horrible criatura.

Los gritos de Sally hacían eco en las paredes mientras que la pútrida lengua amarilla se extendía una vez más para probar la cabeza de Richard.

"Averigüémoslo."

La tibia humedad contrastaba con el rugoso patrón de los surcos en la superficie de la lengua mientras esta raspaba contra su cara. Sin pensar en tener la boca cerrada, el paladar de Richard fue rápidamente abrumado por el asqueroso sabor de cerezas pudriéndose y amoníaco.

"Una…"

Richard se preparó mientras que la humedad escamada se deslizaba nuevamente por su cuello y al rededor de su cabeza. Moco tibio chorreaba de su cara para acumularse en el hoyo de su garganta, y el rancio hedor lo forzaba a luchar por no vomitar mientras intentaba respirar desesperadamente.

"Dos…"

Poco a poco se daba cuenta de que probablemente no escaparía el agarre de la cosa-búho. Richard pensó en su madre, su padre, sus amigos de la escuela y, por supuesto, Sally, cuyos gritos lo sacudieron de su aturdimiento.

"Sally– ¡vete al carajo de aquí! ¡Corre!" alcanzó a decir atragantándose mientras que el goteante apéndice amarillo se re-enrollaba en su cara.

"Tres…"

CRANCH

….

El sonido de hueso astillándose cortando el grito de Richard hizo eco ferozmente a través de la mente envuelta en miedo de Sally mientras corría a ciegas por el pasillo. Desesperadamente, intentaba escapar la fábrica, una que resultó estar en efecto embrujada.

Y no estaba sola.

five

"¿Cuántas lamidas tomará, llegar al centro de ?”


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